La COB se movilizó este jueves 2 de junio exigiendo la abrogación del Decreto Supremo Nº 2765, la re apertura de la Empresa ENATEX y la reincorporación de los más de 800 obreros despedidos.
Miles de trabajadores de diversos sindicatos afiliados a la Central Obrera Boliviana (COB) se movilizaron este jueves 2 de junio en una nutrida marcha, exigiendo la abrogación del Decreto Supremo Nº 2765, la re apertura de la Empresa Nacional Textil (ENATEX) y la reincorporación de los más de 800 obreros despedidos. Antes de llegar la marcha a la Federación Departamental de Fabriles, las personas con discapacidad hicieron sentir su apoyo, sumándose enérgicamente al grito de “el pueblo unido jamás será vencido”, siendo recibidos con gran entusiasmo por los trabajadores presentes.
La presión de las bases es evidente, demostrando ser el motor de la movilización cotidiana y la marcha nacional convocada por la dirigencia sindical: la COB, que se había comprometido públicamente la semana pasada a tomar medidas inmediatas de presión sino se arribaba a un acuerdo en la última reunión con el gobierno del miércoles 25 de mayo, no ha vuelto a pronunciarse sino hasta el día martes 31, cuando un multitudinario grupo de trabajadores exigió al Secretario Ejecutivo, Guido Mitma, se tomen acciones al respecto “de una buena vez”. Esta desconfianza generalizada hacia la burocracia sindical, tanto de la COB como de la Federación Fabril, ambas afines al gobierno, se siente entre los trabajadores movilizados que demuestran gran firmeza y sostienen una política de exigencia hacia esta dirigencia.
Mientras se agudiza el ataque al conjunto de la clase obrera, miles de trabajadores se articulan cuestionando la cooptación de sus dirigencias serviles al MAS y exigiendo el respeto a sus derechos laborales pero también, más en profundidad, develando el verdadero carácter del “Proceso de Cambio”, que lejos está de sus discursos sobre socialismo como dan muestra, una vez más, los diversos sectores hoy en lucha.
El peligro es inminente pues nuevamente quienes detentan el poder, quieren que los más explotados sean los que paguen la crisis: no se trata solo de ENATEX, pues existe una gran cantidad de fábricas que están bajo la mira de la “racionalidad” empresarial de este gobierno. En este escenario se hace fundamental la unidad de todos los trabajadores y la coordinación de las luchas en curso, para enfrentar el ajuste, los despidos y la brutal represión estatal.